viernes, 25 de abril de 2008

Algo que ver

Ocho años pasaron desde que vi una imagen parecida a esta en la tapa de la guia anual de Telefónica.
Era un cuadro en blanco y negro, muchos hombres apretados, uno contra otro rebalsando de los límites del rectángulo.
Uno sólo de todos estos hombres estaba dibujado en rojo (o al menos así me lo acuerdo ahora). Ese hombre de color primario se fugaba como escapándose del caos que creaban las demás figuras amontonadas.


Hace dos años, caminando por Plaza Serrano, veo estos cuadros en vivo y en directo. Le pregunto a la expositora si una de sus pinturas había sido publicada en la guía de Telefónica, que me había encantado y que me había quedado esa imagen grabada en la cabeza. Me dijo que si, las gracias del caso y me regaló una postal con una de sus obras.
Esta mujer se llama Silvina Rosa Lobo, es una artista plástica argentina.
Ayer pensaba que tiene un aire a los cuadros de Antonio Seguí pero más moderno. Ya se que es mucho decir. Pero la temática urbana se cruza, el tema de la individualidad, la identidad, la sociedad de consumo, el desorden ordenado de la metrópoli.


Libre asociación, aunque quizá, tenga algo que ver.

viernes, 18 de abril de 2008

jueves, 17 de abril de 2008

Alberto dijo:

"El otoño es al año lo que el domingo a la semana"

Tiene razón...

lunes, 14 de abril de 2008

sábado, 12 de abril de 2008

Pájaros de Barro


Gracias Ele por este disco y esta canción tan linda.
Manolo García en "Arena en los bolsillos", 1998.

jueves, 10 de abril de 2008

¡Madre hay una sola!

Padres:¿Cuántos hay?
¡AH! Claro. El Padre y el padre.
Para pensarlo...

miércoles, 9 de abril de 2008

Todavia una cancion de amor


Últimamente, muy a mi pesar, lo cursi se apodera de mi...
¿Esta mal?

lunes, 7 de abril de 2008

A VECES...

A veces tengo ganas de ser un cursi
para decir: La amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser un niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir, bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor rompiéndome el pecho,
una flor, y decir: Esta flor,
para usted.

Nicolás Guillén

Cruzada a favor del aburrimiento

Cuando estoy aburrida y quiero aburrirme puedo mirar literalmente el techo por horas. Es más, es una de mis actividades (si, ACTIVIDADES) que más disfruto.
Pienso que el aburrimiento es sumamente necesario para la vida, a mi me gusta aburrirme y aburrirme en serio. Nada de buscar un libro, un programa de tele o ponerme a limpiar.
Hay que disfrutar el aburrimiento, el tedio y el hastío, esa sensación de estar molesto con el cuerpo, esa sensación de tener que hacer algo y no saber qué.
Creo que el aburrimiento es un momento creativo, un momento de ensimismamiento, de soledad por lo tanto un momento de goce con uno mismo. El aburrimiento cuando se celebra es como una masturbación mental, un reencuentro con el yo.
Pero claro, en mi caso si estoy en la oficina no puedo mirar el techo, entonces hay una opción también inútil, intrascendente y estúpida: hacer tests por Internet. Con eso sí que me aburro mucho, muchísimo.
Preguntas vacías para respuestas fácilmente olvidables:

¿Que tipo de compradora eres?
¿Aceptas tu cuerpo?
¿Sabes dar las gracias?
¿Eres manipuladora?
¿Qué piensa de ti la gente?
¿Sabes animarte?
¿Sabes soñar?
¿Eres original?
¿Tienes seguridad en ti?

¡Cuántas preguntas pelotudas que nunca me haría si no fuera por el aburrimiento! Esta más que claro que prefiero mirar el techo o escribir estas cosas.

Chicos y chicas abúrranse un rato de vez en cuando, no sigan el exitismo del entretenimiento, es puro cuento. Eso si, traten de no hacer nada y menos tests en Internet. Por favor, ¡se los ruego!.

viernes, 4 de abril de 2008

Triste Realidad

Año 2002. Luisa y yo recién llegadas desde Mar del Plata a la Capital lo único que hacíamos era estudiar. En los días lindos nos íbamos con los apuntes a tomar unos mates a la Plaza Mitre (enfrente del Museo Nacional de Bellas Artes). Nos sentábamos en el pasto debajo de un Jacarandá y comenzaba la ceremonia.
Estaba muy lindo, el cielo azul sin una sola nube, era uno de los primeros días de otoño. Preparamos el mate, fuimos a la plaza, pusimos nuestros pareos debajo del árbol y contemplamos el paisaje.
Mirábamos a los paseadores de perros, a los perros, a los otros perros y a los dueños de los otros perros, a la viejas tomando sol, a las chicas con tetas nuevas tomando sol, a los hombres aceitados, musculosos y bronceados tomando sol, a la loca que vive en la plaza y barre y grita todo el tiempo, a los tacheros que duermen la siesta, al chico drogado del redoblante que también tiene una perra, a los parquistas, a los autos que pasan por Av. Libertador, a los personal trainers y más atrás a las sacrificadas chicas de 50 que parecen de 25...

Conversación:

Luisa - ¡Maca!
Maca - ¿Qué?
Luisa - ¿Por qué no hacíamos esto en Mardel?
Maca - Porque teníamos a dónde ir.
Luisa - ¡Que hija de puta!

jueves, 3 de abril de 2008

Ofuscada es poco

A veces me pregunto cómo gente tan mal educada llegó viva a cierta edad. O cómo, por lo menos, alguien no los/las cagó bien a piñas como para que no puedan seguir caminando.
¡Señora a mi no me molesta darle el asiento del colectivo!, pero pídame permiso. No ponga el cuerpo como si fuera una lucha de vida o muerte, como si fuera a ser que la hernia de disco le va a consumir la espalda quedando como una gelantina babosa cual golem. Si usted me dice: ¿Me permitirías el asiento? Yo encantada se lo doy. Pero no me empuje y se haga la pelotuda porque eso me pone de muy mal humor y me dan ganas de putearla, pegarle y cagarla a tortazos.
Lo mismo con las viejas (en general son viejas) que se hacen las idiotas y se colan en la fila del supermercado. ¿Usted no sabe que todos se dieron cuenta? ¿Que por más que ponga cara de yo no fui todos sabemos que es una auténtica obtusa? A esas también me dan ganas de pegarle, pero más satisfacción me causaría romperle todos los huevos que acaba de comprar en la cara, en el pelo, en la ropa... ¿Por qué está tan apurada? ¿Tiene que ir a encerar el piso? Hasta machista me ponen estas situaciones.
Otra, esos tipos que entran al quiosco agarran los chicles y gritan: ¡ME COBRÁS!. Viejo, está él primero y después yo. Entonces, primero le cobra a él, después a mi y luego a vos. Pero no, sos un pobre tipo. Tratás de calmar tu frustación sexual, tu impotencia pasándole por arriba a la gente. Crees que eso es igual a pasarle por arriba a tu mujer. No querido, no. No es lo mismo.
No se me crucen en la mañanas y me hagan estas cosas porque me enervan. Sacan lo peor de mi. Casi casi me ponen de tan mal humor como las canciones de Arjona. Y eso es mucho decir.